Tal vez si Takumi fuera un omega tendría una oportunidad con Sōma Yukihira, quien no oculta su gusto por las feromonas dulces y llamativas. Pero como todos los deseos de cosas imposibles, el beta sólo puede soñar con que un día será correspondido por el despistado alfa. Pero sin saberlo, puede que su anhelo más grande sea más posible de lo que pensó.