Bajo la ley de lo correcto

-No estoy hablando de Rosalba. Te estoy preguntando qué cosas has escuchado decir de mí.

-¿Por qué te interesa?

El zafio se encogió de hombros.

-Quisiera saber lo que llega a los oídos de las damas de la iglesia. Sé que eres devota Denise.

-Ah... -si lo supo entonces ¿por qué me trató así?- Todavía no soy exactamente eso. Pero lo estoy evaluando.

Arrugué la nariz angustiada ¿por qué seguía hablando con él? Lucell era un grosero y un zafio, que hasta podría ser peligroso.

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Lucell subió los escalones con inseguridad y se detuvo a centímetros de mi rostro. Se fijó en cada movimiento, cada detalle de mi cuerpo, como si ya los conociera. Sus dedos estuvieron a punto de rosarme el brazo. Pero volvió en sí, y bajó los escalones como si no hubiera estado a punto de cometer semejante estupidez.

Las palabras desaparecieron de mi boca al encontrar a Teister sentado afuera entre los invitados, y con un aire de desconfianza al verme bajar después de Lucell. Él se levantó para irse y yo caminé hacia el portón, dispuesta a alcanzarlo aunque lo hubiera perdido de vista.

Historia 100% original.

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