Ningún hijo de la realeza es forjador de su destino, pues las decisiones de éstos se basan en historias pasadas. En hechos inalterables, hechos que trascienden el tiempo a herederos prometidos a cumplir y finalizar labores impuestas a sus antepasados. Ya sea mujer u hombre, todos aquellos nacidos bajo la protección de una corona son esclavos de la misma. Esclavos de la historia, esclavos de la sangre. Pero existen personas que se mueven por algo más que eso; existen otros que se dejan llevar por lo desconocido, que se escandilan por la belleza de una luz nacida de la nada, por el poder adquirido de un atisbo de magia, por la expectativa de dominar y usar ésta a voluntad. Existen aquellos capaces de cambiar el destino de otros. Y fue exactamente por uno de ellos, que la historia a continuación no debió pasar. Porque ni Bakugō Katsuki debió terminar sin familia, ni Todoroki Shōto debió huir de su reino. Ya que serían esos hechos lo que llevaría a ambos príncipes a encontrarse, y eso, definitivamente no había estado destinado a ocurrir. -------------------------------------------------------------------------------------------------------- × Créditos de la ilustración: wno26 (Twitter). ¡¡ADVERTENCIA!! × Las actualizaciones son muy jodidas ya que soy re pajera pa' escribir y lo más probable es que no veas un capítulo nuevo en muuuuuuucho tiempo. Dicho esto puedes proceder a leer o retirarte antes de que mueras en la espera. Estás advertidx.