Se dice que las casualidades no existen... solo lo inevitable, que la vida llega estar en ocasiones regidas por los astros del cielo, que el universo en ocasiones confabula por ponernos en el sitio correcto y quitarnos del equivocado... ponernos en nuestro lugar perfecto o con la persona perfecta... eso era lo que siempre mi hermano InuYasha me dice... no lo creía hasta que cierto día de lluvia... me encontré a mi destino... el reloj de mi vida estaba detenido y justo en ese momento... al ver unos ojos castaños llorosos... sentí que mi tiempo comenzó a avanzar de nuevo.
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