Taemin sabía que con sólo mover sus pestañas, y dar una pequeña sonrisa que demostrara inocencia y cierta travesura en sus ojos, podría tener a cualquier hombre a sus pies, él había aprendido que podía sacar provecho a su belleza, y no quedarse en el estereotipo de que ser bonito escondía una cabeza hueca; y ya había colocado su mirada en un hombre veinte años mayor que él, pero eso no importaba, no cuando sabía lo que quería conseguir de Choi Min Ho. Segunda parte: Seducción letal.