“Esta canción empieza, hasta que cuente tres,
Fuego, hielo y guerra…
Una y otra vez
En el olvidado pasado, la Luna descendió,
En la sombra de un lago,
A un hombre ella encontró
Ofreciéndole cariño,
El joven lo aceptó,
Pidiendo a cambio él, un inolvidable amor
‘Mira el fuego incandescente, ardiente, latente.
Niña transparente, de alma pura y buena,
Dirígete a la ciudadela, y diles que miren al frente…’
Amenazaba con quitarnos, aquello que más amabamos
Pero la luna mandó, a un hombre protector,
Jurando, pactando, protección a los aldeanos
Un último beso a la Luna le dio,
Un lamento, ella le ofreció,
Una hija casta, al hombre le entregó.
El mal se ha ido, el mal ha caído,
Y todo gracias, al viejo sabio amigo mío
La hija de la Luna, al pueblo entregó su corazón,
Porque donde esta historia empieza, es donde termina esta canción.”