
Un alma. Una guerra. Todos somos parte de algún ejército. Conforme pasa el tiempo, descubrimos quienes son nuestros aliados y quienes, nuestros verdugos. Esta alma lo supo desde que aprendió que el dolor no solo reside en el mundo externo, en los extraños que están en la calle. Entendió que sus heridas también son causadas por aquellos con los que comparte la mesa todos los días. Ese día, todo cambió.All Rights Reserved