Muchos dicen que el amor es el motor del mundo, que hace la vida más bonita, que pinta de colores el cielo. En mi caso, lo único que ha pintado han sido cicatrices en mi corazón, que aún hoy en día, cuatro años después, no soy capaz de borrar. Y lo peor de todo, es que en medio de una guerra de mafias, lo que más duele no son los disparos, si no saber que ella no va a volver más. «Tercer lugar en romance en los CinnamonAwards»