Myoui Mina tenía una belleza espléndida, algo completamente fuera de este mundo, quienes tenía la oportunidad de ver su perfección quedaban completamente anonadados por tal deslumbre creyendo ingenuamente que ella era una obra de arte, pero el problema conllevaba al caer el sol, cuando las persianas se cerraban y el bloqueo de la puerta de su habitación resonaba en el lugar indicándole que no tuviese miedo, ahí nadie podría ver su triste realidad.
"Myoui Mina es perfecta" "Myoui Mina es la hija ejemplar" "Los señores Myoui son muy afortunados por tenerla como una de sus descendientes" Las lágrimas se deslizaba por la piel de la joven al recordar las palabras de las personas ajenas a su vida; ELLA no era perfecta, ella no era la hija ejemplar, ella no podía serlo, porque ella en realidad era ÉL.
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