Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar. El amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario. -Nelson Mandela.
¿Que serías capaz de hacer para encajar en los estereotipos de la sociedad? Ella, era capaz de hacer todo para lograr ser aceptada, sin embargo aún que ella logrará cambiar todo, su personalidad, su forma de hablar, su forma de ver las cosas, siempre había algo que ella nunca podría cambiar: su color de piel. 'Negra', 'estúpida', 'pedazo de mierda', y entre otros más insultos se le decían a aquella chica.
-¡Hey tu, chica de los rulos! -exclamo un chico haciendo sobre saltar a Amanda, ella se encontraba sentada en la taza del baño, almorzando sola, lo que normalmente ella haría. -¡Abre esa puerta ahora! -él le grito, este momento había estado planteado en su mente desde hace mucho, quería poder hablar con ella... con la chica de los rulos.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...