Aveces los días se convierten en rutina. Uno va al trabajo o a la escuela, el mismo camino día tras día. Y en ocasiones vemos personas en esa rutina del día a día que nos llaman la atención. Que hacen que nuestra imaginación fluya hasta lo más absurdo y emocionante que puedas llegar a imaginar. Esta es una historia corta acerca de ello. De los pensamientos que se nos pueden cruzar a cada uno de nosotros, cuando vemos a una persona. Refugiándose de la lluvia; quizá.