Despertaste un domingo en la mañana. Volteaste a ver a tu acompañante y le sonreíste, él también estaba despierto. -Si hubiese pasado una hora más te hubiera confundido con un animal hibernando. Sonreíste. -Es domingo, ¿qué esperabas? No quiero hacer nada más que ir al baño, acostarme contigo y comer. Justo ahora haré la primera cosa en mi lista de tareas de hoy. Te paraste y caminaste en dirección al baño bajo la atenta mirada de Levi que te perdió una vez cruzaste la puerta. Al ingresar al baño lo primero que hiciste fue lavarte los dientes y, terminando, procediste a lavarte la cara. -Oh por Dios, oh por Dios ¡OH POR DIOS! ¡LEVI! Saliste corriendo hacia la cama en donde él aún se encontraba. Levi hizo a un lado su libro para verte. -¿Qué? -¿Cómo que qué? ¡Mira! ¿Qué es esto? -señalaste tu mano. -Un anillo, creí que los conocías. -O sea sí pero ¿qué hace en mi mano? No me hagas crear falsas ilusiones en mi tonta y creativa cabeza eh, porque puedo sacarte una antología completa de todo lo que estoy pensando justo ahora. Él regresó la vista a su libro- No te estoy haciendo creer nada. Es demasiado obvio para que lo notes por ti misma. Lo pensé y no estaría mal si ambos fuésemos enterrados en la misma tumba- dijo con su habitual tono. Las lágrimas empezaron a salir como si de una llave abierta se tratara. Brincaste sobre él y lo abrazaste por las piernas lo más fuerte que podías. -No me preguntaste si quería casarme contigo -¿No quieres? -preguntó aparentemente concentrado en su lectura. Sonreíste-. Quiero todo contigo- dijiste aún entre lágrimas, ocultando tu cara en su pecho. Levi sonrió. Definitivamente casarse es el lío más hermoso en el que alguien podía meterse. - Portada básica porque sí. - Historia inspirada en un programa de Discovery Home & Health. Cualquier parecido con otra historia de Wattpad es coincidencia. - El avance de la historia dependerá del "éxito" que tenga.Todos los derechos reservados
1 parte