El destino no nos castiga, nos da lecciones. El sufrimiento es necesario, nadie elije cuánto recibe, pero sí elije de qué manera lo va a tomar. A veces no comprendemos el porqué de las cosas hasta que otras suceden, yo por ejemplo, no sabía el porqué de mis últimos desafortunados años... hasta que lo conocí: Mi cómplice, mi amigo, mi amante, mi desconocido. A veces la amistad puede ser amiga del amor. A veces el amor puede enamorarse de la amistad. Lo que yo me pregunto es: ¿Qué tendrá este flaco que me gusta tanto?
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