Marcos es un atleta, corre todos los días para olvidar las tragedias de su vida, o por lo menos antes lo hacía, eso fue antes de que la conociera a ella, a Eider, la chica que en vez de huir de sus problemas los afronta. Desde que Marcos conoce a Eider, aprende que la vida es muy corta para preocuparse todo el tiempo por todo lo que nos rodea, aprende a vivir, a detenerse a respirar y a no pensar en nada más. Todo empieza a irle bien de nuevo, hasta que se enamora de ella y Eider se marcha con sus padres a otro país. El deportista, en vez de olvidar que ella había estado en su vida decide escribirle cartas y dejar de correr por un tiempo, solos él y el bolígrafo, solos él y el papel, ¿qué pasará cuando escribir no sea suficiente? ¿Podrá Marcos volver a ver a Eider?