Es una tortura cuándo te hacen convivir con alguien que no te agrada, un hermano, primo, tío, algún familiar, amigo.
No importa quién o que es de ti, el problema es que no te gusta convivir con esa persona.
Pero sin importar que, alguien te dice que tienes que convivir con él o ella, sí o sí.
De ahí el nombre convivir a la fuerza.
No me preguntó qué pasará cuando alguien con temperamento explosivo (literalmente) le toque convivir con alguien que en muchos aspectos llegará a considerar un amigo.
Un amigo claro que está que no.
Pero podría ser algo mucho más, solo hay que usar la fuerza.