El mexicano miraba como empezaba a atardecer, el cielo de un color naranja y admirando las nubes desde la ventana de su departamento, soltó un suspiro que demostraba tristeza fijo su vista hacia su brazo que se encontraba vendado y con lo que parecían ser manchas de sangre frescas, subió la manga de su sudadera y se apartó de la ventana. ¿Cómo había llegado a todo esto? o más bien ¿porqué? Aquel sentimiento se había vuelto tan fuerte que parecía que ya nadie podría sacarlo del mar de dónde se estaba ahogando.Toate drepturile rezervate
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