Llevaba seis horas esperando por los pasillos del hospital, impaciente, al borde de la histeria. Paraba a cada doctor, enfermero o asistente que se cruzaba para preguntar su estado. Quería, no, necesitaba saber cómo estaba. Pero el hospital estaba desbordado y era imposible conseguir información que fuera lo suficientemente tranquilizadora. KAKAIRUAll Rights Reserved