Hola, soy un pedante de 14 años con delirios de grandeza mentiroso compulsivo futuro votante de VOX sociópata y infinitas cosas malas màs que si hicieran un solo libro en papel sobre lo que soy la desforestación aumentaría un 90%. Este es mi diario totalmente público a qualquier persona en internet, donde confesaré mis mayores secretos que no se los diría ni a mis padres, pero como no me conoces ni voy a decir mi nombre, da igual lo que te llegue a decir, no puedes hacer nada. Si alguien llega a leer esto, te doy la bienvenida a la vida privada de alguien que no conoces, es como el instagram de una tia con las tetas màs grandes que su cara; lo sabes todo sobre su vida, todo lo que decide publicar, aunque nunca sabràs si es verdad o no porque no la conoces en persona. La diferencia es que a mi nunca me veràs la cara. Este diario funciona así: cada dia tendréis un capítulo nuevo donde hablaré de lo que me apetezca, puede ser de lo que sea y tiene de durar mínimo una pàgina cada capítulo. Conociendo-me, te aseguro que en este diario no vas a encontrar capítulos donde voy de pesca con mi padre, o la chica con la que los dos estamos enamorados pero no nos atrevemos a decir-lo, o lo bien que me lo pase en un concierto de Ed Sheeran. Esto es mi vida y mi percepción sobre la misma, tal y como es, desde mi punto de vista y con un montón de faltas (porfavor, si veis una falta en el diario decidme-lo en los comentarios porfavor). Puedo ser qualquier persona que conozcas; tu vecino, el cajero de la gasolinera que ves una vez a la semana, tu compañero de classe, qualquiera, de la misma manera en que todas las personas que menciono en el diario podrías ser tu, pero jamas lo sabràs. Recuerda, no hay nombres en este diario. Piensalo, puedo ser cualquier persona y cualquier persona puede ser yo, todo el mundo puede saber que pienso, pero nadie sabe quien soy.
Historia de Ovidio Guzmán López.
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No había forma de que un amor tan prohibido acabara bien, aún así Ovidio Guzmán y Atenea Salas creyeron el uno en el otro, o eso parecía...
En el amor y en la guerra lo que importa es la lealtad, cuando está se traiciona no queda más que pelear.
El le confiaba a ella su vida, pero no la de su familia.
Ella le confiaba a el su muerte, pero no la de su gente.
Un consejo de su padre nunca lo dejaría caer, de un ratón no solo tiene el apodo y su sangre Guzmán le daría la agilidad