ADVERTENCIA: El Ash de esta historia puede parecerle al lector un personaje vacío y sin personalidad, en ese caso es culpa del escritor (o sea yo) por no saber manejarlo bien.
10 años después de los eventos del anime de Pokémon, nos encontramos a un Ash de 20 años junto a su Pikachu, quienes fueron convocados por una campaña en la cual los entrenadores más fuertes del mundo acompañan a entrenadores novatos en su travesía como un tipo de tutores/profesores; el punto es que los aprendices (por así decirlo) no deben saber que les enviaron un mentor para asegurarse de que no duden de sus capacidades.
A Ash le asignaron acompañar a Alexis Scizzi, un líder de gimnasio de tipo luchador recientemente nombrado, el cual es un adolescente de 15 años que sufre rechazo social por su peculiar personalidad (cosa que se comenzará a explorar en el capítulo 29); Alexis es de la región de Conalis, así que Ash emprenderá un viaje por esa nueva región y conocerá Pokémon que nunca antes había visto (incluso una nueva forma de Pichu creada por una mente maestra usando nada más que energía Z) junto a su alumno Fiona, la hermana de este último, la cual también tiene 20 años.
Con tal de revivir los viejos tiempos y no aburrirse durante el viaje, Ash decidirá recolectar las medallas de gimnasio y participar en la liga de Conalis, y aprovechará este pasatiempo para enseñarle a Alexis lo básico de un entrenador Pokémon. ¿Qué les espera en el camino?, ¿Ash logrará cumplir su misión sin que sus nuevos amigos se enteren de la verdad?; esto lo iremos descubriendo mientras el viaje continúa, ¡Esta historia continuará!
Parte de los personajes de esta historia no me pertenecen a mi, sino a The Pokémon Company International; solo son de mi autoridad los OC's como Alexis y Fiona
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.