Las heridas siguen ahí, tan frescas como el día en que le destrozaron el corazón al orgulloso Uchiha, aunque el tiempo ha pasado él no ha olvidado como tampoco sanado. Sólo queda un solitario corazón, con un letrero encima de "no molestar", escondiendo su sentir bajo esa máscara de indiferencia. Más no contaba con la llegada de una forastera, decidida a hacer una reservación permanente en ese corazón vacante.