Ella... nunca fue la misma desde que el destino le quitó a su madre. Una parte de mí le hubiera gustado conocerla cuando era esa chica risueña y alegre de la que tanto me contó mi amigo, Lucas. Pero es que demonios, la vi, y me encantó desde el primer momento. Esos ojos grises tan hermosos, simplemente se quedaron en mi mente y de allí no los he logrado sacar. Por eso yo, Ethan Miller, juro que haré todo lo que esté en mis manos para que Amelie se fije en mí, porque desde que esos ojitos se posaron en mí, supe que estamos destinados a estár.