Dulce como la miel, ácido como un limón ©
2 capítulos Concluído La misma cafetería.
La misma mesa.
El mismo pedido.
La misma persona lo atendía.
Sin embargo, una tarde todo cambió.
Eliel era de esas personas habituadas a tener una rutina. Ir a trabajar y, luego, pasar por su cafetería favorita. Disfrutaba desperdiciar el tiempo bebiendo una taza de té y leyendo un libro. Era su pasatiempo antes de regresar a su casa.
Siempre solo, sin que nadie lo molestase, y le encantaba.
Pero...
Sí, hay un pero...
Toda aquella serenidad se hará añicos cuando sea otra persona quien lo atienda y Eliel no está acostumbrado a decir más de dos palabras.
En serio, él solo quiere disfrutar de su té mientras lee, pero, al parecer, ya no será así.
Noam será el encargado de romper su burbuja tranquila.
¿Cómo es que Noam se convirtió en una persona tan... molesta? ¿Por qué a él? Eliel no lo sabe, al menos no al principio.
Lo que comienza mal... Acaba, ¿en romance? Dicen que los polos opuestos se atraen, ¿verdad? Bueno, Eliel y Noam están a punto de comprobarlo...
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