Máscaras, un implante para la covardía social.

Cada persona, cada ente caminante si no grita, murmura penurias. Veo con ello como mi vida gris se camufla por completo en el mar de vidas que vagan rotas.

Mis aspiraciones no son escribir o leer, son vagas cuando un día fueron claras.

¿Transformóse la mentira en el rostro de los vivos? ¿Convirtiéronse las ilusiones en los ojos de ver?

Personas que buscan la felicidad y... no, no saben donde reside. Escriben en una red de conexión social esas letras que expresan una supuesta vida amarga e infeliz, ves sus vídeos... razonas... es extraño, muestran una sospechosa mueca de felicidad... ¿cual de las dos es mentira? ¿Cual es la máscara que pretende ser vista y atendida?

Si ahí adentro, entre pantallas, un mar de palabras son mentira, ¿qué nos queda para volver a unirnos en esta vida, la real, donde los problemas són de verdad?

Quizá nadie ya los pueda avistar, sus ojos, las ilusiones, miran al cristal iluminado, esperanzados de encontrar una mentira que a bien les haga bibrar.