Kirsten y Jake viven en la misma calle desde siempre y de niños eran muy amigos, pero en secundaria se distanciaron, como pasa con tantas amistades.
Cinco años después, Jake se mete en un aprieto durante una de las fiestas de su padre y decide salir con una mentira que volverá a cruzar sus caminos:
- ¿Sabías que Harry tiene una hija de tu edad, Jake? - preguntó mi padre, a lo que yo no contesté. Benson, Benson...había conocido a una chica que se apellidaba así en una fiesta parecida a esta, pero no sabía que fuera su hija.
-Deberías conocerla un día de estos. -comentó el señor Benson. La mujer a su lado, que seguramente era su esposa, sonrió.
-Sí, deberíais quedar algún día y conoceros. Haríais muy buena pareja. - dijo ella mientras enlazaba el brazo con el de su marido.
Esta situación era peor que el momento en el que conoces a los padres de tu novia, porque ahora ya tenía su aprobación y estaban deseando que saliera con su hija. Por el amor de dios, la había visto una vez y ya hablaban de nosotros como una pareja, por no hablar de que en aquella ocasión me pareció una chica de lo más repelente y no nos llevábamos bien. Mi cerebro se puso a pensar a toda velocidad en una excusa para no quedar mal pero tampoco aceptar ver a su hija. Por desgracia, mi cerebro estaba algo mareado por la bebida.
-Eso sería genial, pero... pero yo ya tengo novia.
Peor Kirsten ya no es la niña que Jake conocía, su vida se ha llenado de secretos y peligros. ¿Conseguirán que su plan salga adelante?
Una noche en Las Vegas cambia la vida de Nailea, cuando despierta casada con Alex Milani, un carismático piloto de Fórmula 1.
Lo que comienza como una farsa para evitar un escándalo mediático pronto se convierte en un torbellino de emociones, atracción y secretos.
Entre el brillo de los eventos de alto perfil y las sombras del pasado, Nailea y Alex deberán enfrentarse a sus diferencias y a una conexión inesperada que podría unirlos... o romperlos para siempre.