Me encuentro sentada donde uno puede pensar en paz. El viento mima mi ser. El ruido deja de ser ruido para convertirse en sonido. Y en un pestañear resuena el bombardeo en mi cabeza de épocas que ya no me pertenecen. Ráfagas de un viejo amor y de toda una subsistencia establecida. Pero aún con eso nada disturbia mi armonía(que pocas veces se concilia). La nostalgia me invade y la sensación de gratitud empieza a florecer después de todo el ocaso que toca vivir para cerrar un ciclo. Y es ahí donde afianzó que de verdad uno siempre se puede reconstruir, y empezar un nuevo ciclo aún cuando todo te parece arduo.All Rights Reserved
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