Son seres viles, traicioneros y no dudarán ni un sólo mísero segundo en ir directo por tu cuello: Esa es una definición que Amaimon debe soportar. Y los huargos son la peor amenaza con la que el progresivo pueblo de Asshia tiene que lidiar. Acechando desde las profundidades del bosque más temido, Gehena, siempre aúllan durante las noches en afán de reafirmar su presencia. Y sólo los cazadores de la Orden de la Verdadera Cruz poseen la fortaleza suficiente para mantener a raya aquella peligrosa amenaza. Nadie, absolutamente nadie debería cruzar por ese bosque de noche, sobre todo durante la Luna Azul. Sin embargo, eso fue algo que Rin Okumura no comprendió.