Esa alma era libre, etérea, danzante, salvaje, volátil, efímera... y jamás deberían intentar domarla, ni amarla, ni poseerla... Esa alma era suya, y volará, lejos de aquí, lejos de todo cazador que quiera capturarla en sueños con cadenas de falsas promesas. Porque así es su naturaleza: impredecible, escurridiza, distante, feroz... Demasiado oscura como para brillar durante la noche, demasiado luminosa para destacar durante el día...All Rights Reserved