Zandra acaba de perder a su marido y dar a luz al hijo que ambos esperaban con tanta ilusión. Pero ha aparecido alguien inesperado en su vida, que amenaza todavía más su ya inestable corazón. Segura de que lo que siente es una traición a su difunto esposo, trata de mantenerlo a raya, sin saber, que sus intentos por alejarse solo consiguen lo contrario. Harvey Loman no puede dejar de pensar en Zandra desde que chocó con ella aquel día a la salida de su bar favorito. Después de compartir con ella el momento más mágico de la maternidad, sabe que quiere mucho más. Pero también sabe que no debe presionarla para que no huya de él. La paciencia nunca ha sido su fuerte, pues cuando quiere algo, simplemente va a por ello, pero está dispuesto a intentarlo por ella. Y por el niño que, de cierta manera, siente como suyo también.