Sentimientos ocultos... Dolor inminente... Pasiones ahogadas... El Santuario, su rango y fama como Santo Dorado, todo podía irse al mismísimo diablo con tal de poder confesarle a aquel gálico de cuarzos amatistas, aquel que con una simple mirada había llamado su atención desde que eran unos simples críos. El que con uno solo de sus pasos hace retumbar la tierra misma. Y que hacia palpitar el corazón ardiente de un Escorpió cuando permanecía cerca de el. Historia forjada sin fines de lucro. Si es parecida a alguna otra historia quiero aclarar que no la plagie ni se la copie a nadie.