- Todos piensan que soy malo - dije mientras estábamos acostados. - Pero tú cariño, me ves como una maldita buena persona.
- Es que no eres malo. - dijo mientras me miraba a los ojos, con su tierna e inocente mirada que posee.
- Oh cariño, se ve que me conoces muy poco. - Extendí mi mano para tocar su mejilla.
- No, se ve que eres ciego. - Me dijo muy segura de lo que decía - En el fondo no eres malo, Stephen, lo que todos ven es una barrera que pones tu mismo.
Esa mujer me había convertido, en un posesivo y celoso, me había cautivado desde la primera vez que la ví. Era tan sincera, me aceptaba y me quería como era, nunca me había juzgado ni temido, confiaba plenamente en mí y la cagué, la cagué bien grande.
- Nunca me voy a ir de tu lado
- No permitiría que lo hicieras - Ella se acercó a mí, hasta que nuestros labios estuvieran a centímetros de tocarse.
- Te amo Stephen. - luego de decirme esas palabras ella junto nuestros labios en un tierno beso, el cual convertí en uno salvaje y posesivo.
- Lucy - la miré, luego del beso - Eres la única mujer a la que amaré.
Lucy fué lo mejor de mi puta vida y como un maldito Gilipollas la Cagué pero bien grande.
- Estaré contigo hasta el final - esa mujer había sufrido mucho por mí, sin embargo, si estuvo hasta el final.
No siempre los finales felices son como esperamos, pero sigue estando ahí, solo debemos abrir los ojos y encontrarlo nuevamente.
Este será el último libro.
1.- Porrista en apuros.
2.- Seamos un cliché.
3.- Más allá de la muerte.