-¿Y qué otros trucos tienes bajo la manga?-pregunto aquella bella chica caminando a su alrededor- porque se me escondes mas, ya no me veras la cara de idiota-
-te lo juro, ya no tengo más que ocultar, ya te dije todo lo que soy- trato de explicarse
-¿seguro?- pregunto viéndolo fijamente a los ojos
-s..sí- dijo al nervioso al ver aquellos hermoso ojos azules
Ella se inclinó levemente hacia atrás respiró profundo- de acuerdo te creeré, pero a cambio ren una cita conmigo- soltó
-si, lo que tu digas- dijo sin pensar- espera ¿Que?- dijo rápido al darse cuenta
Ella solo rio, mientras cubría delicadamente su rostro
-Solo bromeo, me da gracia ver lo despistado que suele ser- dijo - pero mi trato es quiero ser tu compañera de combate, aceptas?
-ah, vale, si no tengo más opción-
-dilo de buen modo, ni que fuera un estorbo- recrimino enojada
El rió algo nervioso
-Será nuestro secreto- ella le susurró, sonriendo y con una seña de silencio hecha por su dedo índice puesto en sus labios le guiño el ojo muy atractivamente y se marchó
-Pero que mujer....- dijo sonriendo para si mismo
Ning Yuan Chen fue seleccionado por el sistema y obligado a ingresar al sistema «Gong escoria, shou débil (BE)».
Después de pasar por cinco mundos y ser asesinado por el Gong escoria cada vez, Ning Yuan Chen acumuló suficientes puntos y obtuvo una recompensa del sistema, regresando al mundo original para continuar buscando su linaje y vengar a su madre.
Desde el heredero del trono imperial hasta el mariscal del ejército, desde el joven líder del partido hasta el magnate empresarial más rico, e incluso un traficante de armas que opera en la sombra, cada uno de ellos ocupa una posición de poder y obligaba a Ning Yuan Chen a estar siempre alerta.
Pero ¡no esperaba que los Gong escoria que lo habían asesinado brutalmente en el mundo del sistema aparecieran uno tras otro en el mundo real!
Pero... ¿en que momento los Gong escoria se convirtieron en perros leales y apasionados? ¿Por qué siempre hay escoria llorando y diciendo que quieren compensarlo? ¿Por qué cada día ve a los Gong escoria arrodillados a sus pies, lamiendo y suplicando que los acaricie?
Ning Yuan Chen: ¡Ja ja ja, ni muerto te perdonaré! ¡Lamelo todo con calma!