"Transilvania, Castillo BrookenHood. Siglo XIX" Una loba de pelaje negro corría toda velocidad por los pasillos del castillo. La criatura "no muerta" iba tras ella. Se adentró en una habitación tratando de escapar, estaba oscuro. No escuchó más sonidos fuera del cuarto. Olfateó y no detectó a ningún chupasangre. Volvió a su forma humana y se relajó. Que grave error. Había olvidado que ellos podían ocultar su olor. Lo último que vio antes de que el vampiro la mordiera, fue su sonrisa de pulcros dientes blancos. A partir de ese momento se transformó en lo que era. Una híbrida por destino.