Luisita ha llegado a ese momento de su vida en el que algo en su interior le susurra una y otra vez que debe ''dar un salto al vacío''; el problema es que no lo entiende. Si le hubiesen preguntado hace cinco meses cómo iba su vida, no habría dudado en soltar uno de sus monólogos positivos. Sigue al pie del cañón en todo pero de vez en cuando se instala una amargura en su pecho a la que no está para nada acostumbrada. Pero bueno, que al fin y al cabo ella es feliz si los de su alrededor lo están: sus niños son felices, su hermana María y la familia también... incluso esa chica que parece disfrutar de ponerla en aprietos parece feliz. ''Todo irá bien, Luisita'' se dice ante el espejo.