Mientras que tal vez ya estás con alguien más, yo solo puedo pensar, será que algún día volveré a ser feliz, será que podré respirar sin que duela, será que podré olvidar, ser libre de este sentimiento que me mata poco a poco.
No soy digna de quererte, fuiste sincero, transparente, y yo solo luchaba contra mis mentiras, mis errores y mi ansiedad de no saber que depararía nuestro futuro.
Mientras me derretía con tus besos, escuchabas lo que otras personas podrían decir de mí, y eso no me duele, pues a la larga, si tenían razón, te fallé. Lo que me duele es no poder romper este lazo con mi pasado, lo que me duele es haberte encontrado y no poder conservarte, lo que me atormenta, son otras manos tocando tus manos, otros labios besándote, otros ojos viendo el amanecer junto a ti.
Existirá para mí un mañana, podré algún cerrar mis ojos y no sentir tu recuerdo acomodado en mi almohada. Podré sentir esa descarga de energía que te hace reír, bailar, gritar o cantar. Como viviré así, como?
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.