En este texto trato de fundamentar la idea artificial de un dios que no sea un fenómeno cultural sino una representación universal, como si lo estuviera reconstruyendo a partir de sus cimientos, explico la manera en que el universo nos trasciende y nos complementa. Ya no estoy hablando de una institución moral, estoy hablando de una posible realidad material que es consciente y se piensa a sí misma: el neurocosmos. Puesto que nosotros somos habitantes de esta entidad, nos podemos dar el lujo de cuestionarla o de elaborar su concepto sin necesidad de rendirle culto alguno. Dios es aún sujeto de debate y eso es algo bueno, implica que estamos cambiando cómo sociedad y que nos interesa indagar en los secretos del universo en un plano que antes nos era ajeno, por algún motivo bastante obvio sigue siendo ajeno a nosotros (funciona en dimensiones que se encuentran distanciadas de nuestra tecnología actual) pero le hemos perdido el miedo y estamos tomando un enfoque mucho más abarcativo en cuanto se trata de construir conocimientos al respecto. Y si están en desacuerdo no tengan miedo en expresarlo en los comentarios, estoy abierto a opiniones y me encantan los debates.