La imagen de la joven Earp sollozando pidiéndole que se marchara la quemaba por dentro y se sentía como pequeño agujas la apuñalaban constantemente, la culpa le carcomía pero sin duda lo que le rompía el alma fueron esas palabras de desprecio que no dejaba de repetir en su cabeza como si de un disco rayado se tratase.All Rights Reserved
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