El trato era simple: no cantar, asistir al instituto, no cantar, socializar con los humanos, no cantar, vivir como una adolescente normal, no cantar, regresar cuando tuviese 19 años y casarme con el candidato que escogieron mis padres.
¿Mencioné que no debía cantar?
Otra parte del acuerdo incluía no enamorarme pero con eso no tenía problemas, sabía perfectamente que debía regresar al reino y cumplir con lo que fue encomendado.
Mi único problema era con el canto, amaba la música, amaba cantar y a riesgo de ser presumida, era buena en ello, era una tortura no hacerlo, por eso ensayaba a escondidas del oído indiscreto, es aquí dónde todo, TODO, se complicó.
Te voy a contar el secreto de las sirenas.
Bell descubrirá algunos engaños de sus seres querido
Por un estraño deseó viaja entre mundos para hacerce más fuerte y poder volver a Orario y ser el último héroe
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