A veces creemos que tenemos todo bajo control. Pero no vemos a nuestro alrededor. El pensamiento humano es un mar de ideas y sentimientos. Las ideas chocan contra los sentimientos provocando un remolino de confusión. Creemos en lo que vemos, no en lo que sentimos. Es entonces, que la mejor manera de aceptar algo es ver con nuestros propios ojos, en vez de ver con los ojos del corazón y el alma. Es un secreto a voces, las voces de la sabiduría. No veas con tus ojos, mira con tu corazón y alma. Las palabras hieren cuando no están ordenas correctamente en la oración. Sin embargo, cuando algo está dicho, no hay poder en el mundo que lo cambie. Y algo cambio ese día. Ese día que se dijeron adiós.
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