Abrí los ojos. En ese momento solo podía escuchar con claridad mi respiración entrecortada. El ruido de las bocinas, el coche policía, la ambulancia, la música de mi teléfono. Todo eso lo escuchaba como si hubiese una puerta que me separase de ello. Nada más abrir los ojos, la luz del sol me cegó la vista y a la vez me iluminó un nuevo camino.All Rights Reserved