Te lo juro, pensé que me amabas. Tan perfecta que intenté ser, la pequeña de tus ojos, creyendo que así me prestarías atención. Esos fueron unos de los pensamientos que reinaron durante mi adolescencia. Mi vida se volvió un infierno después de un robo insignificante. Estas son las cartas que le escribí a mi padre para poder desahogarme. Lo más lamentable es que cambié de opinión sobre ese robo unos años después, entendí que hubiera sido mejor que Holden no estuviera a mi alrededor. Mi infierno empezaría, el odio aumentaría y el amor hacia Holden, moriría.
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