La sed de poder y la ambición podían destruir. Eso lo sabían pero más sin embargo no solo era ambición de dinero, había algo más.
Algo que solo ellos sabían que pasaba, esa chispa se había encendido y no la querían apagar.
después de una doble traición, no es el momento para quedarse hundida en la tristeza y el dolor provocado, es hora de actuar y de demostrar que no se puede jugar contigo. los traidores pagaran las consecuencias de sus actos y lloraran sangre cuando vean que lo más importante para ellos a desaparecido como la neblina.