Todo comienza gracias a mi hermana, quien me comenta una noche el gusto por la poesía que tenia mi madre, gusto que yo desconocía y el cual ahora entiendo de quien heredé. Ese día mi hermana me mostraba algunos recuerdos de mi madre, entre ellos un repertorio poético muy popular en el cual pude apreciar autores como: Andrés Eloy Blanco, Fernando Paz Castillo, José Ángel Buesa, Aquiles Nazoa, Fedérico García Lorca, Luis Ramón Landaeta, Gabriela Mistral, Elkin Boris, entre otros.
Pude apreciar que en el indice algunos poemas tenían una pequeña marca a lapíz, siendo esos los preferidos de ella y los que mi hermana le leía cada vez que se lo pedía. Uno que tanto le gustaba mi hermana me solicitó que lo leyese, se titula "El Brindis del Bohemio" cuyo autor es Guillermo Aguirre y Fierro (mexicano), recuerdo claramente la posición en que yo estaba, cabizbajo y con lentes de aumento por mis primeros vestigios de presbicia, los cristales se llenaron de lagrimas, fue difícil contenerlas y tampoco era necesario por lo que me permití dejar aflorar ese llanto lastimero que tenia guardado desde hace mucho tiempo.
Este poema me sirvió de musa... Léanme, no se arrepentirán.