-CUANDO ME OLVIDES- Toda historia tiene un principio y un final. El problema reside en que, muchas veces, la mayoría de los finales son inesperados. Dolorosos. Sin embargo, te recuerdo aunque me duela. Y pienso en ti aunque intente prohibirme mirarte de ese modo... Aunque trate de negar que me pierdo en tus ojos. No soy capaz de olvidar tu voz angelical, la calidez de tus sonrisas. Y, aunque nada haya terminado, me encuentro inesperadamente solo. Y volver la vista hacia atrás me resulta demasiado doloroso. Porque somos dos marionetas dirigidas por fuerzas más potentes. Porque la capacidad de decisión fue algo que vendimos a cambio de un sueño; de un deseo demasiado costoso. Tuvimos que elegir, y lo hicimos. Y, sin saberlo, pusimos como pago nuestro amor. Lo vendimos a cambio de una felicidad demasiado etérea. Inalcanzable. Así que, cuando mis manos se encuentren demasiado cansadas para sostenerte, deberé dejarte caer. Porque el sueño acabará. Y habremos sido demasiado tontos para luchar por preservarlo. De momento, me conformo con tenerte cerca. Con escuchar tu voz desde la imposición de esta condena. Porque no hay nada como nosotros. Porque sólo los tontos podrían enamorarse de la forma con la que lo hemos hecho. Plasmando las confesiones en pequeñas notas de nuestras canciones. Deseando gritar al mundo en silencio. Siendo vistos por todos y, al mismo tiempo, siendo tan invisibles que acabaremos por no percibirnos ni a nosotros mismos. Mientras tanto, atesoraré nuestros momentos. Guardaré en mi mente la imagen de tus lágrimas en un escenario repleto de luces púrpuras. Seré tu amigo de sonrisa cuadrada. Mientras, en secreto, observaré como creces. Como cambias. Y te observaré convertirte en una estrella más en el cielo. Inalcanzable, pero sencillamente preciosa. Así que, cuando todo acabe, recogeré mis pedazos rotos. Cuando me olvides, yo te recordaré en sile