Tras la pérdida de Eymi, la vida de Alex da un vuelco trágico, y se ve envuelto en dolor y desesperación. Caerá en las garras del alcohol, las drogas y el sexo, en busca de escapar a su realidad.
Su mundo se vuelve caos y confusión, incluso se ha alejado de su familia y amigos en un vano intento de portegerlos de si mismo.
Y, si creia que nada podía ser peor, las cosas que le aguardan a la vuelta de la esquina le hacen plantearse su lugar en este mundo.
Las personas que creía conocer finalmente se han quitado la máscara en estos momentos de aflicción.
Sentirá la traición, tocará el vacio y, para salir de ahí necesitará la ayuda de la única persona que puede ayudarlo a superar sus perdidas: él mismo.