D O L O R E N E L C E R E B R O

-Ya no puedo más, estoy tan cansado de vivir lo mismo- Suspiro, tenía una opresión en el pecho al decir eso, pero ya no podía seguir con el.

-¡Podemos arreglarlo! ¿Recuerdas? - Decía el chico con cabello rizado, cejas pobladas mirada encantadora, aunque ahora su mirada lo único que transmitía era dolor.

(...)

-Oye amor, ¿crees que algún día podamos decir lo que realmente somos con nuestras familias? - Pregunto ilusionado, con cierto brillo en los ojos por poder ser feliz, con él solo él.

-¿En serio? No mames Joaquín ¡Ya hemos hablado de esto y te he dicho que no! ¡NO! Entiendes o ¿eres estúpido? - Se levantó de aquel sofá sucio, donde aquella tarde se habían demostrado su amor frente a una tv vieja y cajas de pizza.

Joaquín no respondió, se quedó callado como siempre no podía hacerlo enojar, lo amaba demasiado incluso para presionarlo con algo así, no quería alterarlo la última vez casi lo golpea.

Emilio tomó las llaves de su camioneta y salió en busca de Diego Marin el mejor amigo de su hermano y por ende de él. Tenía que tranquilizarse no quería repetir la estupidez de la última vez...

(...)

- ¿Quieres que recuerde? ¿Que? El primer grito o el empujón, la primera humillación, el primer golpe, la primera vez que me fuiste infiel -Dijo bajo, sintiéndose el ser humano más asqueroso por permitir todo eso - ¡Dime que quieres que recuerde Emilio! -Grito exasperado, de verdad habían llegado a ese punto.

- Joaquín, mi chiquito bonito, ¿tienes que perdonarme? Nunca fue mi intensión, te amo no puedo vivir sin ti ¡Que no vez que yo soy la víctima! -Comenzaba de nuevo, ese Emilio que asustaba a Joaquín, ese Emilio violento.

- ¡No! Ya basta de querer hacerme ver a mi como el malo, ya no puedo - Fue su última palabra antes de tomar su maleta, aquella donde había tantos recuerdos de un amor que fue doloroso y ruin.