Mi nombre es Matthew, o como mis amigos me dicen Matt, no puedo decir que vivo en un sitio, ya no poseo un hogar; quiero que sepan que esta es la historia de cómo cambió mi vida, que conozcan el momento en que sin darme cuenta le entregué mi alma al diablo, y este se convirtió en mi mejor amigo.
¿Creyeron que sería una tragedia? Deberían saber que no siempre Dios es el bueno, y no todos los ángeles caidos odian a la humanidad.
No es un relato religioso, esto va más allá del bien y el mal. Los libros también mienten, y quizas aún asi, en toda mentira exista algo de verdad, palabras que aprendí del mismo dios del engaño, Loki.
Si aún no dejaron de leer, supongo que logré mi cometido de sembrarles dudas. ¿Realmente están convencidos de desafiar todo lo que alguna vez creyeron cierto? Os advierto, enamorarse del diablo no es un cuento de hadas, pero no precisamente conlleva a un mal final.
Crean o no, todo esto comenzó en una iglesia...