Querido amor.
No, perdona, querido amigo:
Lo siento, a veces,— muchas veces en realidad—, suelo olvidar que ya no me perteneces. No te preocupes, es normal.
Escribo, nuevamente. Tal y cómo sé que te gusta.
El porqué de nuestro final.
Advertiré.
No olvides que te amo. Sigues tatuado en mis recuerdos, ya veré yo cómo borrarlo. Son mis pensamientos, la necesidad de amarte me consume, y ya no me queda nada, te pediría que te quedes, pero ya te fuiste. Escribo para que sepas que te quise.
Tengo miedo que me olvides, sí creo que eso ya lo dije, lo repito. Temo al olvido, defecto inevitable del humano.
Tu olvido.
Escribo aquí, nuestra historia, y de cómo todo, tiene un inevitable final.
Postdata: Te extraño. Regresa.