Lance había muerto. Keith no paraba de culparse, el era el líder, el era el responsable, por su culpa se fue, por su culpa la misión termino con él. Allura no deja de insistir en conseguir un nuevo paladín y nadie puede siquiera mirarle para decir algo. Aún cuando pasa el tiempo y el León rojo es pilotado de nuevo nadie logra aceptarlo por completó. Un nuevo grupo de rebeldes les da frente y Keith cree poder descubrir lo que realmente le ha pasado al moreno, aún cuando los demás no creen que pueda ser posible. ¿Y Lance? Lance descubrió su propio Nunca Jamás.