La chica al despertar de su desmayo mira con extrañez la calle, es distinta, lo pasa por alto y continúa su camino, al llegar a casa de su tía toca el timbre, le abre la puerta una anciana, la chica pregunta por la señora Morales, su tía, la anciana con lágrimas en los ojos la abraza, la chica no comprende esa reacción estaba por preguntar algo pero fue interrumpida por las palabras, sobrina, su tía Morales es la anciana que le abrió la puerta, no lo podía creer, puesto que su tía es una treintona no una anciana, que está pasando.
- Oiga, que no soy yo la psicópata. - alcé un poco la voz - ¿Por qué tiene cuadros pintados en donde aparezco yo? - pregunté echando otro vistazo - y no precisamente vestida - agregué obteniendo una sonrisa por su parte. A pesar de ello, su seriedad se mantenía
- Da quel momento, il tuo corpo non ha lasciato la mia memoria - dijo en su idioma natal.