Harry presentía el inminente cambio en su vida, esa sensación de calma antes de la tormenta no lo dejaba tranquilo, y entonces lo vio, al parecer la tormenta tenía hermosos ojos plata y esa cabellera inconfundible. No había lugar para la amistad entre un mortifago y el niño de oro, la guerra había terminado pero el odio que dejó tras de sí intoxicó el aire de toda Londres mágica. Y Draco lo sabía, pero también sabía que había alguien que siempre parecía contradecir todo lo que el aseguraba irrefutable.